Los patrones ancestrales que surgen de la Geometría Universal, la Sagrada Medida de Gaia… son fractales de vida universal, arquetipos sanadores de los cuatro elementos que configuran nuestro cuerpo a su paso por la Tierra, y nos permiten retomar aquella mirada interior tan próxima al universo de su esencia divina.
A partir de unas formas tan simples, podemos encontrar la luz para comprenderlo prácticamente todo: desde la implosión del universo a las estructuras cuánticas del átomo, pasando por las proporciones de toda muestra de vida, es decir, desde la estructura del ADN a la configuración de la anatomía humana.
De la combinación de siete formas toman cuerpo la Flor de la Vida y el Cubo de Metatrón, los dos patrones energéticos o vehículos que nos guían hacia un despertar de consciencia de nuestra naturaleza divina.